Cortar una calabaza en rodajas. Pelar las rodajas con cuidado y colocar en una bandeja de horno. Aliñar con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta blanca.
Cocinar las rodajas en el horno durante 40 minutos a 180 ºC, o hasta que estén bien asadas y tiernas. Una vez cocidas, dejar enfriar a temperatura ambiente.
Preparar el sofrito con un poco de aceite en una sartén y añadir cebolla cortada en dados pequeños. Cuando la cebolla esté bien cocida y transparente, incorporar champiñones frescos laminados y los dados de bacon.
Sofreír todo junto hasta que tome color y aroma. A continuación, añadir nata para cocinar y dejar cocinar el conjunto unos minutos más. Probar y rectificar de sal si es necesario.
Sobre cada rodaja de calabaza, como si fuera una mini pizza, poner un poco de queso mozzarella. Encima, repartir el sofrito de cebolla, champiñones y bacon. Finalmente, cubrir con un poco más de queso.
Una vez todas estén montadas, colocar de nuevo en el horno, a 180 ºC, durante unos 10-15 minutos, hasta que el queso esté bien fundido y gratinado.
Genís Parareda Vinyet
Jefe de cocina de bonÀrea Fundación.
¿Te falta algún ingrediente para preparar esta receta?