En nuestras tiendas encontrarás los huevos colocados en estanterías a temperatura ambiente. Esto se hace para impedir que en el trayecto de llevarlos hasta casa pueda haber una alteración brusca de su temperatura. Este es un punto clave, puesto que los huevos no deben sufrir cambios importantes de temperatura. Por lo tanto, si no queremos riesgos y evitar cambios de temperatura para que se conserve correctamente hasta su fecha máxima de consumo, el lugar más adecuado donde guardar los huevos una vez comprados es en la nevera.

Como curiosidad mencionar que el estuche de cartón donde vienen empaquetados es perfecto para conservarlos, ya que asegura que los huevos estén siempre almacenados en la posición ideal: con su extremo más grande hacia arriba, de esta manera la yema se mantiene centrada.

A veces también nos preguntamos si hay que lavar los huevos. Lavarlos con agua después de comprarlos es una práctica que, además de ser innecesaria, puede ser contraproducente, ya que la cáscara tiene una pequeña capa (cutícula) que protege al huevo y, si lo lavamos, perdemos esta propiedad.